De llamar para comunicar averías a Telefónica.
De esperar porque "nuestro agentes están ocupados".
De dar mil y un datos mil y una veces.
De hablar con ordenadores o personas que no me entienden bien (ni yo a ellos).
De que por ese motivo me repitan como loros un formulario estándar de descripción.
De que no se pongan en contacto conmigo.
De pagar a telefónica y a una empresa de Alarma doméstica sin recibir servicio.
De que el "ingeniero" que diseñó el sistema no calculase la cantidad de gente que iba a necesitarlo. Y de que el operario que ha de instalar la línea prefiera quitarle el teléfono a un "desconocido" que al usuario con el que está tratando... Donde vivo, cada vez que hay una nueva alta de línea, algún usuario se queda sin teléfono.
Por cierto. Hoy mismo me ha llegado la última factura
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